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Una indigestión es una sensación de incomodidad o una exaltación en la parte superior del abdomen. Entre los síntomas más frecuentes pueden aparecer acidez o eructos y también sentirse hinchado, sentir náuseas y vomitar.

La indigestión puede ser consecuencia de comer demasiado o demasiado rápido, ingerir alimentos grasosos o comer en momentos de saturación y estrés.

La Navidad es un periodo donde se come mucho y el estrés siempre está presente. Es una época donde los excesos están a la orden del día y tu estómago lo sabe y también sufre por ello. En diciembre, con la llegada del invierno y con las cenas de empresa, familiares o entre amigos, la barriga a veces se resiente y da lugar a las indigestiones, a tener malestar o a arruinar una noche teniendo que ir al servicio más de una vez.

Es por esto, que hay una serie de consejos que debes tener en cuenta si no quieres tener una indigestión. Allá van:

Organiza bien la cantidad de tus cenas

Todos sabemos que en las cenas de Navidad no piensas en la cantidad de comida o bebida que ingieres, pero deberías. Tu cuerpo no acostumbrado a tanta cantidad de comida de repente, por lo que si te organizas, tu estomago no sufrirá las consecuencias de una cena abundante.

Mastica adecuadamente

Parece algo insignificante, pero es una forma rápida y efectiva de ayudar a tu aparato digestivo. Masticando perfectamente ayudas a que tu estómago procese mucho más rápido la comida. Lo que más triturado debe de estar es la carne, es uno de los alimentos que más tarda nuestro organismo en digerir.

No te acuestes seguidamente después de cenar

Si lo hicieses, por la mañana del día siguiente es posible que amanezcas con acidez estomacal. Lo mejor es reposar la comida y más si es una cena abundante, 1 o 2 horas sería lo idóneo. De esta forma, te irás a la cama más ligero y descartarás así una posible indigestión.

Evita la gaseosa mientras comes

Sí, el gas te puede dar indigestión. Los refrescos, las cervezas, todo lo que contenga burbujas puede afectarte al estómago. Y sí, son bastante ricas, pero si te hace mal, lo mejor es no tomarlas. O moderarte en su consumo.

Procura no hablar mucho cuando comas

Parece una tontería, pero es un gran consejo. Cuando hablas, dejas que entre más aire en el momento de estar comiendo. Esto provoca que te infles un poco y que sea más factible tener indigestión. Sabemos que en Navidad esto es imposible, pero al menos, hazlo mientras no tengas alimento en la boca o estés a punto de masticarlo.

Conoce tu estómago

 Tú sabes mejor que nadie que alimentos te sientan bien y que alimentos te sientan mal. Come de forma responsable, con cautela, piensa que es mejor estar en la cena a no estar y tener que irte antes de tiempo a tu casa con dolor de barriga.

 

Todos los excesos son malos, controla en esta época de Navidad y evitarás sustos en tu barriga.